28.4.13

vos dormís

mientras los relojes se aceleran
y en las casas de las personas
se enfrían las tazas de café
que quedaron sin ser tomadas,
Buenos Aires es un espectáculo
donde todos corren por inercia,
cada mediodía la 9 de julio
se convierte en el escenario
de la maratón de los almuerzos diarios
donde en tiempo record se degluten
pebetes de jamón y queso,
y apenas si alcanzan los minutos
para un cigarro,
todo sea porque a fin de mes
el señor Mc. Donalds los ponga
en la foto del cuadro.
mientras el asfalto se agita
y los perros pasean al paseador,
y los gatos, que son los más vivos,
observan todo desde las terrazas,
los chicos toman los colegios,
y en la tele, ¿cuándo no?
alguien nos quiere tomar el pelo,
la vecina se indigna con el chino
porque no le alcanza el dinero para el aceite
y el chino no sé qué cosa dice -en chino claro-.
pero en resumen nada de fiado.
mientras los trenes aplastan almas
y los bancos comercian ilusiones,
las tías viejas tejen sus bufandas
y sus opinones acerca del último
escándalo de la farándula.
mientras los tacheros se putean entre sí,
y pasa otro sesenta por tu ventana:
vos dormís,
y yo creo encontrarle la lógica
a esto de que vivas al revés del mundo,
mientras el día se sucede
y la palabra utopía se olvida en masa:
vos dormís.

y yo, que te sé dormido,
bellísimo, al margen, intacto,
no puedo evitar sentir un gran alivio,
una fortuna, un egoísmo.

otro de la lluvia y nuestros desencuentros


llueve en Buenos Aires,
es Abril, pero parece primavera.
pedaleo por Carlos Calvo
y la oportunidad parece estar escrita.
te pongo un mensaje avisando
que estaré pasando
por tu esquina en breve,
que si estás, me paso.

no puede fallar,
es una gran tarde,
estoy contenta,
los Stones me anuncian
la llegada de colores,
tengo el viento a favor,
todos los semáforos me dan verde
y mi vestido está empapado,
lo cual es motivo suficiente
para imaginar escenas de amor
donde te resulto irresistible.
pienso en llegar a tu casacuarto,
ya puedo saborear el café
que vas a preparar para los dos,
ya quiero sacarme los borcegos,
ya secarme en tu abrazo,
hablar de nada, llenarnos de todo,
empatarnos la siesta.

llegando a Jujuy
ya ni siquiera Mick suena.
la fantasía peligra
pero automáticamente la resucito,
soy una verdadera especialista en eso,
pienso que quizás saliste a buscarme,
que en cualquier momento
te me hacés visible,
ganándole como siempre a la lluvia
la pulseada de bellezas.

en Santiago del Estero
tu silencio me baja de un hondazo,
giro la cabeza a mi izquierda
dándote el último changüí,
pero tampoco estás en la puerta.
trago saliva,
ya conozco ese gusto
a desilusión pastosa.

después nada,
la 9 de Julio,
Constitución apocalíptica,
y la puta ironía de
tu respuesta llegando
cuando ya estoy
tan lejos que no importa.

sos adicto al delay
que se empecina
en que me dejes pasar de largo,
en que te pierdas de mí,
hecha sopa o lluvia,
pedaleando hasta vos
con todo este amor
sin guardabarros.

19.4.13

"piromanía" - mariana kruk . (Cartonerita Niñabonita, 2013)


* aquí va un espejo del archivo de word de lo que terminó siendo "piromanía", mi tercer libro, editado por Cartonerita Niñabonita en Zaragoza, España. lo que van a encontrar en él son algunos poemas de "hasta la última uva", de "migas", y otros que hasta momento estaban inéditos, algunos de ellos fueron apareciendo en el blog, otros no.
queda de manera virtual totalmente liberado para los lectores.






piromanía

mariana kruk.






Si tu signo es arder,
arde con todo.

Silvio Rodriguez.





a Hugo




  

soy poeta.

antes de ser hija de mis padres,
hermana de mis hermanos,
y amiga de mis amigos,
yo soy poeta.

antes de ser la eterna
estudiante de letras,
adicta a pueblos en los mapas,
lejanos o no tanto según la ocasión
y necesidad de huir lo dispongan,
yo soy poeta.

antes de ser alérgica a las oficinas,
ex novia de mis ex novios,
creyente del otoño,
malabarista del mes de Abril
y amante caritativa en noches frías,
yo soy poeta.

antes de ser una compulsiva emisora
de mensajes en la madrugada,
antes de ser semilla,
y ojos verdes
y enamorada tuya,

yo soy poeta.


vejez

a estas horas
la vejez es una araña
que teje mansamente
la peor de mis pesadillas.

  
resaca

entonces te digo
que enamorarse es la cosa
más fácil del planeta,
pero que hace rato no,
no estoy enamorada de vos.

lo que tengo, querido,
es una resaca de vos
que no se me va más.

y vos, tan maquiavélico, me contestás
que el mejor remedio
para la resaca
es tomar más de lo mismo.
(lo dicen borrachos expertos
y hasta las abuelas)

y yo no sé, no sé, no sé
o no quiero saber que sí sé.
sí sé, sí sé, sí sé.

quiero beber de vos
hasta morir de cirrosis.


hay sol allá afuera

hay sol allá afuera,
comentan los árboles,
las ventanas y la televisión.

hay sol allá afuera,
probá, quien te dice,
sea una buena estrategia.

hay sol allá afuera,
gritan los dolores que quieren secarse,
que creen todavía que pueden secarse.

hay sol allá afuera,
te susurra al oído la noche,
tendiéndote otra trampa. 


la misma piedra

abrió sus ojos
dando inicio a la luz.

dijo “vino” como
quien dice “abracadabra”.

la primavera instalada
y los pies prontos al vuelo.

“salud” dijo,
y acercó su boca.

mi corazón redondo, redundante,
no pudo más que reincidir.

¿A cuántos hombres has tenido que olvidar?

Pedro Almodóvar.

llaga

ya no importa
quién fui antes de vos,
a quién quise,
en qué camas me acosté,
cuántos nombres
rodeados de garabatos
llenaron mis papeles.
pasaste por mí
como pasa el fuego.
hoy llevo una llaga
en el lugar donde
hubo un corazón
que ya ni yo recuerdo. 


edición

no hay lugar
para el pasado,
le dije.
editemos los dolores.
hagamos lo que nadie hace,
guardemos silencio,
misterio, razones.
evitemos la repetida
y engorrosa cuestión
de los prontuarios.
ganemos besos,
manos, rincones.
ya habrá tiempo
para arruinarlo.
  

silviocidio

llueve y cuesta la noche
sin la posibilidad de tu ruleta.

-chau- dije
cuando debí morderme la lengua.

“fin” escribí en tu buzón
como una ametralladora.

una sola luna bastó
para el arrepentimiento.

ahora resta putearme en los espejos,
morir de canciones autobiográficas

y de estupidez.


parafraseando

sería bueno que te enteres, querido,
que yo jamás llego por “b” al destino.

mi despedida es un intento malherido,
un chiste ambicioso y malo.

evitaré cada techo cuando truenes,
desperdiciaré toda oportunidad para tu olvido.

me interrogás con Sabina y te contesto,
Hugo, ¡por favor!, no seas ingenuo.

mi adiós sólo maquilla un hasta luego,
mi nunca siempre esconde un ojalá.


15 “D”

este amor se autodestruirá en
15, 14, 13…

las despedidas suceden en planta baja,
suelen ser humillantes para el que abre la puerta
y mira con ojos de “no te vayas”
e insiste en un beso triste,
unilateral, de abrazo corto.

para después volver a subir, lento, roto,
al departamento vacío,
a chequear si el celular
que nunca sonará
tiene señal.



yó-yó

fui tu recreo,
tu improvisación,
el deseo que sucede
a la última gota de alcohol,
el mensaje incendiario de las dos.

algo colgando de un hilo
ansiando que te invadan
esas ganas lúdicas
que me llevaban hasta
tus manos.

eso. un yó-yó.



si al menos lloviera.

el sol entra rabioso por la ventana,
si al menos lloviera no desentonaría tanto
con mi cara de callejón sin salida.

contrabandista de ausencias,
coleccionista de finales infelices,
escritora con faltas de ortografía,
                                            eso soy.

versos redundantes y mareados,
boca reincidente y amarga.
manga gastada en el codo
con el que borro tu nombre,
tinta negra y esa cuestión adictiva
con la que lo vuelvo a escribir,
                                           eso tengo.

si al menos lloviera no desentonaría tanto
en esta mañana de sol hostil
con mi cara de te quiero y vos no,
con estos ojos de tango,
con estos huesos de bandoneón. 



pedido.

si no vas a ser original,
si no planeás decirme:
“sí, vení, besáme,
te quiero, fuguémonos
en mi moto de mierda”
te voy a pedir entonces,
encarecidamente,
que no aparezcas
nunca más.


otra vez fin.

las fichas
van cayendo
como los hielos
en el vaso.

la botella se vacía
resolviendo el crucigrama.

bostezo la espera,
bostezo mis bostezos,
bostezo tu respuesta
diciendo otra vez:
no puedo.

gastada la guitarra,
grita la trova,
aburre.

simplifico de una vez.
escribo tu nombre
en una partitura,
la prendo fuego,
y pongo al mango
un buen
rock and roll.


que vuelvas

otra noche se viene y no creo que llueva,
ni siquiera hay elegancia en mi tristeza.

ando los fantasmas que soy,
me espanto de mi misma:

burda, arrepentida y patética,
absurda como una puta sin clientela,

anulé tu posibilidad como quien anula
un cuarto en una gran casa vieja,
sin más cerré la puerta.

hoy echo humo por las sienes
buscando alguna manera,
eficaz y extraordinaria,
para pedirte que vuelvas.

naufragio.

vos con tu adicción al timón
y yo con este corazón
tan propenso a irse al carajo.
si por definición
no se puede tener dirección
en un naufragio,
entonces me propongo
dejar las preguntas
a un costado
y volver a tu boca.
para ser más clara
quiero decir que sí,
que estoy borrando con mi codo,
que quizás no importe demasiado
la ausencia de una brújula,
prefiero tu tempestad
a este alma que se estruja
extrañándote en el estribillo
de cada canción,
quiero decir que una vez más
estoy tirando mi botella al mar,
que me quedo esperando
la señal de tu faro
para correr a tus brazos
y ahogarme en vos.


tu nombre

yo ya no sé qué
de lo mío es realmente mío
y qué deviene de él,
qué cosa me pertenece
desde siempre y qué es raíz
o cicatriz de tu nombre,
no recuerdo qué había,
si es que había algo,
antes de pronunciarlo
por primera vez. 


por si tenés hambre.

acá están,
siempre van a estar,
mis oídos
por si querés ser escuchado,

acá están,
siempre van a estar,
mis ojos,
por si querés ser leído,

acá está,
siempre va a estar,
mi corazón,
por si tenés hambre.
  

todo eso.

la gente que me rodea
y el abismo que nos separa.

el espejo lleno de espejismos,
los insultos para adentro.

el vacío en la boca del estómago,
la impotencia, la rabia.

los caminos de tierra,
los años que lleva esta sequía.

los hermanos Grimm y tan grueso complejo,
los mapas como una huída.

el ángel negro en el hombro izquierdo,
la suerte siempre en el bolsillo agujereado.

la manzana prohibida y el libre albedrío,
la muerte acechando en la mirada.

todo eso y Hugo, como un cigarrillo
mal apagado sobre mi corazón.


lluvia

llueve afuera,
desprolijo, con urgencia,
como un berrinche,
como una protesta,
así llueve.

yo creo que sería,
honestamente,
un gesto sabio de tu parte,
si te arrimaras a compartir
tremenda humedad conmigo.

dale,
hagámosle competencia,
desprolijos, con urgencia,
a la lluvia
             de ahí afuera. 


Cuando un taxi es una ambulancia.

Joaquín Sabina.

otro jueves.

la primer piedra en tu mano,
mi corazón propenso al tajo.
blanco el jazz de fondo
igual al fondo del trago naranja
que dejé sobre la barra
donde otro me dijo que no.
salgo y salto adoquines.
subo a un auto. me resulta
inevitable no tararear a Joaquín.
el hechizo se despliega,
esta vez, sobre Palermo.
vos dispuesto a demostrarme
de qué estamos hechos.
vos lloviendo sobre mí
y yo tan despierta.
te miro, me maravillo,
me entrego, nos sé:
vos fósforo, yo madera.
no importa cuánto
nos esforcemos en arruinarlo,
siempre habrá entre nosotros
otro jueves, otro taxi
y las mismas ganas de arder.
  

colillas.

charlas para alquilar balcones.
aburrimiento. tedio.
pulso acelerado. punto muerto.
ansiedad. relajación.
timidez. deseo dilatado.
bocas separadas. estupidez.
fuego en el borde. fuego en el centro.
espera. planes. huidas.
historia. política. anarquía.
bar. desolación. soledad.
noche. uvas. malta. poesía.
desesperación. tristeza. euforia.
tiempo consumido. tiempos verbales.
nombres. pronombres personales.

yo, tú, él.
tú.

tu guitarra.

nosotros, vosotros, ellos.
ellos.

maldición. ellos.

éxtasis. excesos. extremos.

o simplemente nada.

tantas cosas puede decir
un cenicero lleno.
  

estallidos

los estallidos son
por definición
necesarios.

no pueden
ser tan malos,
digo.

como tocar fondo,
 
como llegar
hasta la última gota
de la botella,
como beberse el dolor,
acabarlo.


puentes.

era fácil el amor de madrugada
con nuestra colección de puentes,
de Quilmes a San Isidro
como una bengala festiva
sin preámbulos ni escalas.
de tu mano a la mía   una botella vacía,
de tu beso al interrogante   el rocío,
del sol al vacío sin escándalos,
de la música al ruido,
obviando las nueces.






aspirinetas

los Oliverios, el de la película y el de la vida real, buscaban a la mujer que supiera volar. yo busco algo menos pretencioso, sin embargo llevo casi tres décadas sin lograr encontrar al hombre que guarde aspirinetas en el baño. sí, las chiquitas, las rosas, esas mismas. y en esto, como los Oliverios, también soy irreductible, si no tienen aspirinetas pierden el tiempo conmigo.
el día en que fui a tu casa y te pedí de pasar al baño no quise revisarte el botiquín, hice un esfuerzo inmenso, casi sobrehumano, para no abrirlo. no quería que vieras mi cara de desilusión al salir con ese gesto que han visto tantos otros sin lograr descifrar lo que había ocurrido, ese gesto de decepción, de ruptura de algo inexplicable, ese gesto que sólo se traduce en “vos tampoco sos”.
pero no soy tan buena como para obviar la inspección de tu baño sólo para ahorrarte el interrogante de mi repentina fuga, también hay otra explicación: no quise quemar las naves. por una vez, yo, la piromaníaca del amor decidí quedarme con el fósforo sin encender en la mano. es tan grande mi deseo de quedarme en vos que quise salvarte de mí, darte un changüí, ponerte en alerta. es más, quiero tanto que vos sí seas, que por las dudas te paso un dato, en Farmacity están de oferta.


sábado a la noche

el deseo se alza como
un demonio incontrolable
dentro mío.

tengo el morbo y la sangre
a punto de entrar
en ebullición.

mis hormonas no saben
de estaciones, te dije.

por suerte San Telmo
está lleno de umbrales.


un trago y te beso

cuando mucho podré
aguantar un trago.

un trago y te beso.
no se tratará de mi ansiedad
irremediable,
no esta vez.
nada en el mundo ha tenido
más preámbulos que
vos y yo.

un trago y te beso.
no se tratará de mi piromanía
crónica,
no esta vez.
pasar a los papeles,
también es una cuestión
de oficio. 


trabalenguas.

donde hubo fuego
Hugo pasó.
donde Hugo fue
hubo fuego.
fuego y Hugo hubo.
fuego hubo dije.
hubo Hugo.
ayer,
en mi corazón. 


ácaro

todo es un lugar común
cuando te espero.
soy tan patética y predecible
que hasta llego
a pensar que en verdad
no merezco tu llegada.
me disminuyo,
soy un ácaro,
mi propia sarna,
no hay ducha en vinagre
que acabe conmigo,
que calme este picor,
que cure estas manos lastimadas
de tanto rascarme tu apellido.


soldaditos


es innegable,
entre vos y yo hay combustible,
una inmensa cápsula de combustible.

si alguno de los dos prendiera un cigarrillo
o la luna
o un verso,
la ciudad estallaría por el aire.

pronóstico extendido:
todo roto. todo.

restos de corazones, de bocas
de papeles, de canciones,
de plazas, de estaciones de subte,
de amores, de besos,
de espejos rotos decorando
las avenidas también rotas,
convertidas en un único gran bache.

escenografía cantada:
el desastre.

y nosotros:
los culpables.

soldaditos desnudos,
tumbados,
agonizando en el fuerte.