25.9.13

XVII



Vi tu foto y me dormí en una habitación.

Fito Paez.

XVII

un papel en el teclado
de tu computadora,
un boleto de colectivo
hasta Palermo,
una entrada
ajada de ticketek
que dice Silvio
y dice quince
y dice Abril.
las distintas maneras
del fuego.
las sábanas retorcidas,
apelotonadas, maltratadas.
las Libélulas que
supieron volar alguna vez.
una foto nuestra
que por temporadas
saco y pongo
de la mesa de luz,
como un acto rabioso
o tierno,
como una necesidad
o una venganza.
la fuerza de un
corazón de veinte
que no se rendía,
la inocencia de unos ojos
que fueron verdes
antes de ser grises,
el borde de tus labios,
la guarida de tu beso.
las musas que
nunca se agotan
cuando se asoma tu nombre
y tu nombre escrito
en una servilleta de bar.
tantas canciones flotando
en las botellas,
sonando en nuestro funeral.
la estúpida ambición
de eternidad.
los desayunos que fueron
y los que nunca serán.
el desaire de esa calle sola,
el olvido que nunca llega.
este poema y los otros,
todo el libreto que me das.

21.9.13

otra primavera



otra primavera llega
a recordarme que soy alérgica a casi
todas las cosas que florecen,
y que todo florece menos
mi cactus piedra que año tras año
me destroza la ilusión
de verle los mil colores que le imagino
sobre la noche.

otra primavera desde
el día en que se acabaron las primaveras.
toca anotar en el ábaco de nuestra historia,
en rojo rabioso,
una maderita más para tu ausencia.
qué ironía esto de las cuentas,
imposible escaparse del almanaque,
enloquecedor seguir sumando lo que resta.

17.9.13

abrileando V



sucede otra vez,
Abril llega.

 
olvido la sentencia,
enjuago las heridas,

 
desempolvo las alas.
abrís paso, y lengua, y fuego.

 
tomo vino, tomo vuelo
y el atajo que me sé.

 
aterrizaré en tu boca.

 
mientras los trenes duerman
y el sol se retrase.

 
compartiremos una esquina,
las venas,
todo el insomnio.

 
Buenos Aires sabrá arder,
una vez más.

4.9.13

abrileando IV





Abril llega abriendo fuego,
con pasos agigantados viene.
urge un ataque repentino
de alas,
un no importa qué hora es,
abramos el vino.
un todo nos salió mal,
menos el amor.

ni pan ni cebolla
pero no importa,
durmamos una siesta,
yo te cuido los sueños,
vos tapame los pies
que hace frío.

y no,
nunca voy a aprender
a escribir tu nombre,
así de bruto es
este amor.

lo que importa
son las tostadas
con manteca para el desayuno,
las zapatillas en cualquier lado,
mi humanidad
cayendo rendida ante tus ojos,
mis arranques anarquistas
y tu desorden mental
tan detonante.

lo que importa
es la cama incendio
y autobomba,
la cama cráter
y espuma
de carnaval.

la Revolución
contra los despertadores
es lo que importa.
esta noche es nuestra,
apaguemos el celular
prendamos la luna.
eso importa.

ahí radica.
ahí y en que
la última uva
no llega nunca.