27.9.11

tarde sin amor

nada puede ser peor a éstas horas,

dan patadas las 13:48 hs. en la oficina

más apestosa del universo entero

y sé que aunque cite a Benedetti

no vas a venir a mancharme con papel carbónico.


andarás por ahí supongo,

libre como el viento libre que elige soplar

en otras regiones lejos, tan lejos

de éste corazón chorreando tinta.


andarás por ahí supongo,

arroz con leche sin leche,

bandera del abismo dónde caigo,

esquina sin posibilidad de encuentro,

tanguito que te canto: angurriento.


andarás por ahí supongo,

girando como gira una tortilla,

repleto de margaritas que te dicen: sí,

escondiendo la sortija,

lamentando no lamentarlo,

encogiéndote de hombros,

seguro de tu suerte.


andarás por ahí supongo,

enamorando mujeres

porque ese es tu oficio,

rompiéndoles el alma en pedacitos,

porque ni siquiera, ni siquiera,

soy exclusiva en eso.


Octubre de 2006

3.9.11

muñoncito.

yo ya no tengo un corazón,

tengo apenas un muñoncito,

sólo eso queda de lo que alguna vez hubo.


mi corazón tenía,

como casi todos los corazones,

forma de corazón.

era de tamaño normal

y tenía un color azul noche,

mediando Abril llegaba

su tiempo de cosecha,

brindaba jugos agridulces que

yo transformaba en poemas.


te lo prestaba a cada rato,

un poco de buena,

y otro poco de interesada:

vos lo abonabas y todo crecía.

creo que mi corazón también era

bastante sabroso,

o por lo menos, tentador;

porque un día te lo llevaste a la boca

y en vez de besarlo le mandaste un tarascón

dejando sólo este muñoncito quejoso

que se parece a una lágrima.


una actitud pésima la tuya,

se ve que nadie te enseñó

que es de muy mala educación

dejar comida en el plato.