estuve
ideando cuentos
de
ciencia ficción
para
salvarnos,
simplificando
la cantidad
de
intentos,
hospedando
a la ansiedad en el pecho,
intimando
hasta lo absurdo
con
el arte de la justificación,
le
estuve escapando
a
esas tres letras dictadoras
del
colorín colorado,
al
minuto bastardo en que algo
hace
crak o clik o kruk,
en
sí, dilantando
esta
hora siniestra
en
la que no tengo otra opción
que
asumir
me - sin - vos.
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