Creer en algo. Aunque no se sepa bien en qué. Todos necesitamos creer en algo. A veces, en todo a la vez, A veces, en algunas cosas por vez. Al menos a mí me pasa así. Creo, con intermitencias, en un montón de deidades distintas. Pero hay algo en lo que creo siempre, a rajatabla, con constancia, con ceguera (así se cree en algunos dioses). Creo en la metáfora, creo en la palabra, creo en los poemas y creo en las ganas de creer.
En un momento desesperanzador para el país, decidí que saliera la segunda edición de mi libro Bisagra, porque creo. Creo que estos versos no deben morir, porque creo en lo que dicen, porque siguen siendo parte de mi presente, aunque los poemas del pasado se empiecen a resignificar o por eso mismo.
La semana pasada volvimos a presentar el libro. Fue algo chiquito, pero hermoso. Me volví a emocionar y deseo que esta emoción nunca deje de suceder, porque sin eso: nada.
Azul Francia es la editorial hermosa que puso la confianza y la fe en mí para dar este segundo paso. Mi agradecimiento eterno para mi editora Francisca Mauas.
Si alguien quisiera el libro lo puede adquirir en el link al pie de este posteo.
Se llevarán amor a sus casas, desvelos, malos sueños que comienzan a pasar, sueños nuevos que empiezan a convertirse en realidad.
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