que me perdonen
Las Majas y Los borrachos,
que me crucifique El Greco,
que me escupa Tiziano,
que me apedreé Rafael,
que me escrache Veronese,
están en todo su derecho.
pero no puedo,
todos los días me paro
frente a su puerta,
y no puedo.
soy incapaz de recorrerlo
si no es de tu mano.
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